Reseña del libro Soñar con tsunamis de Mecha Frías. Una obra que nace de una necesidad
para reparar una pérdida y se vuelve una reflexión colectiva indispensable sobre la memoria
y la fotografía.
Para el club de lectores por Valentina Sotomayor
La creación de la obra nace de una necesidad de Mecha, a partir de su encuentro con los escritos y las fotografías de su madre, quien falleció de cáncer a los 47 años, cuando la autora tenía sólo 9 años de edad. A partir de ese suceso, la construcción de esta obra se vuelve indispensable. El libro es un ensamblaje de recuerdos y opiniones que, junto a las fotografías y escritos, formulan una memoria viva de quien fue Manena (la madre de la autora), y a su vez permiten un intercambio y acercamiento artístico de Mecha hacia ella,
permitiendo una conexión que trasciende el tiempo.
La obra, entre géneros, documentos y fragmentos
Soñar con tsunamis podría describirse como un cruce literario y visual que se corre de categorías tradicionales: a medio camino entre un fotolibro y una crónica documental, la autora construye un registro autobiográfico de la historia de su familia, y sobre todo de quien fue su madre, para alcanzar una memoria tan personal como compartida.
El libro también podría definirse como un híbrido que narra a partir de fragmentos: textos, fotografías, escaneos, mensajes, diálogos, y demás. A través del cruce entre los diferentes documentos, la autora narra no sólo su historia familiar de pérdida, sino también reflexiona sobre la construcción de la memoria y el proceso de sanación a través del arte.
Existe un cruce de temporalidades a partir del uso de diversos grupos de imágenes y textos dentro del libro. Fotografías de archivo en las que aparece la madre de la autora, textos y poemas realizados por ella, imágenes de investigación sobre su historia: cartas, escaneos de documentos y objetos, y otros registros. Fotografías tomadas por la autora y escritos que encuentra cercanos a los producidos por su madre. Capturas de pantalla de diversas redes sociales, entrevistas que dejan ver la perspectiva de sus familiares, etc.
A partir de este gran cruce de temporalidades, materialidades y recursos, Mecha logra un
diálogo madre e hija que deja ver las cercanías y puntos en común entre ambas.
La figura clave y la a subjetividad como base para la construcción de una realidad
Dentro de la obra tiene relevancia la figura del mar, por su intrínseca relación con los
tsunamis y la figura materna. También, los sueños y el inconsciente, y su pulsión. La autora utiliza el medio fotográfico como puente para plasmar su importancia dentro del libro.
A partir de la observación de la obra, y en relación al texto de Saer El concepto de ficción,
en el cual plantea que la ficción no es la antítesis de la verdad, sino el medio más apropiado
para explorar la complejidad de la “realidad”, podríamos plantear las siguientes preguntas
como disparadores analíticos:
¿Es posible conocer verdaderamente a alguien que ya no está, solo a través de los
fragmentos que dejó?, ¿cómo influye la perspectiva de la hija sobre la construcción de la
memoria de la madre? ¿La obra es un registro o una interpretación? ¿Hasta qué punto un archivo personal es una representación objetiva de la realidad o una construcción subjetiva a partir de relatos múltiples? ¿Cómo se forma la identidad de una persona a partir de los rastros de otra?
La obra de Mecha Frías se conforma como un medio de construcción en tanto memoria
colectiva de su madre, y por lo tanto inevitablemente subjetiva. Saer hace hincapié en no
catalogar a la ficción como la falta de veracidad, sino como el medio para relacionar los
datos empíricos/fehacientes con los criterios interpretativos y las dificultades de la construcción verbal. En este sentido, la subjetividad que comprende la obra podría entenderse como aquella complejidad de la cual el autor habla al mencionar la ficción como el medio necesario para explorar la realidad.
La obra no pretende ser un registro objetivo y necesitó de la ficción para construirse en sí misma; al ser una historia personal y artística, no podría conformarse como tal, únicamente por hechos exactos.
No se trata de una estructura lineal, sino de un relato íntimo y colectivo. La obra contiene elementos de ficción, ya que la autora organiza, omite y narra en la construcción misma, dando forma a la realidad. Mecha no solo documenta, sino que re-crea la figura y a su vez memoria de su madre a través de su propia mirada, que a su vez se conforma por miradas y perspectivas de otros familiares.
Desde el título, el libro se ancla a herramientas ficcionales para la construcción de una realidad. Se intersecciona lo documental y lo subjetivo, y la consecuencia misma es el relato construido y devenido en libro.
Un diálogo a través del tiempo
Por lo ya mencionado, en Soñar con tsunamis se desarrolla una construcción personal a partir del espacio que deja una figura ausente, como una formulación de la historia propia, ligada inevitablemente a la identidad de la autora. Esta formulación, que además parte de perspectivas ajenas más allá del recuerdo personal (que siempre se ve tergiversado por el paso del tiempo y los sentimientos), no deja de ser la construcción de un tiempo intermedio, un espacio inexistente que se hace visible en la yuxtaposición que la obra plantea y
propone, dejando así paso a una construcción identitaria aún más fuerte que la memoria de quien ya no está, sino la historia misma de quien la retoma, interpreta y formula.
Se trata de una doble construcción: la de una figura ausente y la propia, que se formulan a partir de dos puntas indispensables. Por un lado, los retazos de historia y memoria con los cuales Mecha trabaja. Y, por el otro, la producción personal que se suma y se relaciona con el resto del material.
En conclusión, la obra de Mecha propone un juego intergeneracional en forma de cruce artístico, temporal y personal. Las grandes preguntas de las cuales parte el presente análisis son entonces: ¿es posible la formulación de una realidad sin la intrínseca relación con la subjetividad? Y, por lo tanto, ¿es posible hablar de realidad sin mencionar lo ficcional que posee una perspectiva en sí misma? ¿Son los recuerdos y los espacios vacíos huecos para la ficción que inevitablemente involucramos en nuestros relatos personales/identitarios?
Soñar con Tsunamis es el primer libro de Mecha Frías. Tiene una primera edición autopublicada y agotada. En 2025 fue relanzado por Vértigo editora. Se consigue en: Fetiche Libros, La Libre, Mandolina Libros, Libreria de Mujeres, RosaDinkaEspacio, Calaca Studio en la Galería Patio del Liceo y en la editorial Vértigo Editora en el Palacio Barolo, y en Madrid en Mandolina Libros y en Bardo Café.
La reseña del libro fue realizada en el marco de la materia optativa Imágenes y literatura. Investigaciones en artes en la Escuela de Arte y Patrimonio (UNSAM).
Mecha Frías vive y trabaja en Buenos Aires como fotógrafa, docente y productora independiente. Estudió fotografía en ARGRA, en la escuela de Andy Goldstein y realizó talleres con Daniel Merle, Walter Astrada, Lena Szankay y Lorena Fernández. Además, hizo talleres de escritura con Mercedes Halfon, Eugenia Pérez Thomas y Virgina Cosin. También se formó en el Ciclo de Formación Pedagógica para profesionales técnicos y superiores en la Escuela Normal 6.
Expuso en diversos espacios de Bs. As., participó del Festival de la Luz 2014 y fue finalista en cuatro oportunidades en las convocatorias Slideluck, proyectando en Bs.As., México, Venezuela, y EEUU. En el 2016 ganó la beca Salto Luz de Mar del Plata. Quedó seleccionada en el 1º concurso de fotografía del Banco Nación, y formó parte de la muestra Promiscua vol.III. En 2018 expuso su trabajo la 8va Bienal de Fotografía Documental. Formó parte del equipo de trabajo de la Fundación PH15 durante 9 años e impartió clases en las escuelas Martin Buber, Lenguas Vivas, Colegio de la Ciudad y Mocha Celis, y talleres de expresión fotográfica en el Centro Cultural Recoleta, Feria del Libro Internacional, Rosa Dinka Espacio y Santa Talleres. En el 2020 publicó su primer fotolibro Soñar con tsunamis, y este 2025 se encuentra presentando la segunda edición del mismo.
Valentina Sotomayor
