Un diciembre nuevo

UN FOTOLIBRO, UN OBJETO

Reseña del libro 88 pedazos de Federico Paladino, co-publicado por La Balsa editora y F.E.A. (Frente Editorial Abierto)
Acompañado de: una flor de yuyo

If you hold the stone
hold it in your hand
if you feel the weight
you’ll never be late
to undestand
 
 
Si sostenés la piedra
sostenela en tu mano
si sentís el peso
nunca vas a estar tarde
para entender
 
Caetano Veloso

 

 

Una serie de manos sostienen piedras a tamaño real, impresas en blanco negro.

Las piedras en la sucesión de páginas empiezan a convertirse en otras cosas, amorfas, miles de signos. Mientras la mano, incólumne, sostiene.

Esa mano significa poder: el puño hacia arriba. Sostiene piedras. Miles de acepciones.

 

Hay que sostener, nos dice el libro de 88 pedazos.

 

Un pedazo de piedra, es un pedazo de civilización, un pedazo de pared, un pedazo de ciudad, es materia, un fósil,  el tiempo.

 

Sostener el libro y viajar por sus páginas, es la repetición y la particularidad en el un-todo-igual. Invita a empezar a prestar atención en esa(s) piedra(s); la universidalidad y la particularidad.

 

El libro no cuenta directamente la procedencia, la historia del recolector de esas piedras; su referencia aparece soslayadamente en una serie de datos abajo a la izquierda de cada doble página. El código para descrifrar, los metadatos de la imagen. Como una ficha técnica, como un código de normalización y catalogación. La ubicación espaciotemporal aparece como un subtexto ahí presente,  sutil, que indexa.  A quien lee la imagen y quiere acceder al dónde, cómo y cuando, le queda investigar… como cuando se busca la forma de acceder a algo oculto de un videojuego en revistas especializadas, el boca en boca o en internet.

 

Pongamos la solución a mano. El recolector de fotos tiene coordenada específica: las piedras fueron foteadas el día de la aprobación de la reforma laboral en diciembre 2017, una ley de retroceso en las leyes de lxs trabajadorxs del país. En la web del fotógrafo-recolector-editor explica:

El 18 de diciembre de 2017 se efectuó una sesión del Congreso Nacional para aprobar una ley que entre otra medidas, reducía significativamente el ingreso jubilatorio. Durante 4 o cinco horas muchos manifestantes y organizaciones tuvieron un enfrentamiento a pedradas con la policia que rodeaba el Congreso e intentaba expulsar a las personas de la plaza central. Hice un registro de algunas de las miles de piedras que volaron esa tarde y que fueron retiradas horas después durante la madrugada.
El libro contiene 88 imágenes de registro de los restos.

El libro nos habla de la memoria, de la manifestación colectiva, del tiempo y lo que permanece. Los pedazos son los de la historia, son un recuerdo, una revisitación. Son el repertorio de nuestra memoria, transmisión de sentido. Sostener el peso de las 88 piedras – dos veces infinito-, guardar, recopilar esas imágenes. Editarlas, imprimirlas y publicarlas. Volverlas a ver. El libro dispara la idea de sacar cada página de la encuadernación para montar todas las piedras en el espacio otra vez, de la mano del recolector-editor de imágenes, que nos trae los restos de otro diciembre de nuevo ahora.

88 pedazos

Federico Paladino

La Balsa ©
F.E.A.
180 páginas
16x22cm digital printing
150 copias

Podes acceder a la descarga gratuita del libro en su edición de lectura y reimpresión en www.frenteeditorialabierto.com.ar

Texto & fotos = Guadalupe Arriegue
web / ig

Este fotolibro se puede visitar en la biblioteca de TURMA: hay que agendarse en biblioteca@somosturma.com.

UN FOTOLIBRO, UN OBJETO

En el cuento Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, Jorge Luis Borges inventa un concepto que titula Hronir. Un hnorir viene a ser un objeto que se encuentra en el ficticio mundo de Tlön y que es cualquier objeto que surge a partir del deseo. Allí cuando un objeto es buscado intensamente, siempre se lo halla, porque la voluntad modifica la realidad, o la inventa. El mero deseo produce el objeto. Todo lo que es imaginado, es posible de aparecer.
Inspirados en este concepto, la sección Un fotolibro, un objeto propone una reseña de un fotolibro en donde se proponga la lectura del mismo acompañado de un objeto. El objeto potenciará la lectura del fotolibro y abrirá otros caminos que este alberga.

Fotografía & Feminismo

Mujeres que se miran: autorretratos y declaraciones

 

La aparición de la fotografía a mediados del siglo diecinueve amplía y modifica el campo del arte. Gracias a su relación directa con el sujeto representado, se instala en la conciencia colectiva como prueba de algo, evidencia gráfica y confiable. Desde este punto de vista, el autorretrato fotográfico tomado por mujeres, es un refuerzo testimonial de la propia presencia.

 

Las autoras buscan asentar la existencia femenina en material visual, ante su fragilidad social.

 

La iconografía femenina se plantea muchas veces desde la proyección de una mirada masculina, y es necesario deconstruir estos estereotipos para poder desafiarlos. Las autoras se descubren como sujetos y como modelos, abriéndose posibilidades representativas nuevas y revolucionarias.

Primera entrega de la serie MUJERES QUE SE MIRAN – AUTORRETRATOS & DECLARACIONES, que comprende un recorrido visual y textual por imágenes autorreflexivas, realizadas por mujeres.

 

 

Alice Austen y la performance de masculinidad

El autorretrato de Alice Austen Dressed up as men data de 1891. En él, junto a sus amigas Julia Martin y Julia Bredt, se exponen ante la cámara con vestuario masculino y actitudes acordes a éste, y marcan un desafío a las costumbres de la época al tomar para ellas mismas todos los roles activos de la imagen: no solo asumen visualmente un aspecto masculino a modo de juego, sino que toman también en sus manos el papel de ser quienes realizan la captación de la imagen. El rol barthesiano del Operator, sujeto mirante, realizador de la selección del recorte del mundo que será contenido en la fotografía, se funde con el de la modelo, usualmente vista como pasiva, como alguien que realiza a la imagen poco más aporte que un objeto inanimado. Austen encarna en sí la masculinidad a través de la puesta en escena performática de sus aspectos exteriores, tanto desde la vestimenta como desde la actitud de sostener un cigarrillo, ya que el fotografiar mujeres fumando era ilegal en ese momento. La fotógrafa se despoja de esta complicación legal fotografiándose como un hombre que fuma.

Para este momento, el desarrollo de la técnica fotográfica permite un grado de comodidad a quienes la usan. Sin embargo, acceder a una cámara y tener los medios y la instrucción para su manejo, y el posterior revelado de las imágenes, era algo aún exclusivo y que requería un cierto poder adquisitivo. Tal vez este mismo poder adquisitivo, que Austen posee como heredera de una moderada fortuna, es el que posibilitó estos juegos estéticos y simbólicos que entretiene la fotógrafa en sus tomas. Austen era reconocida en su ambiente por su independencia, siendo no solo una de las primeras fotógrafas reconocidas de los EEUU, sino también la primera mujer en la zona en poseer su propio auto. Ella se fotografía también en varias ocasiones acompañada por su pareja Gertrude Tate, con quien compartió gran parte de su vida. Es en esta misma época, entre mediados y fines del siglo diecinueve, que el movimiento feminista comienza a sentar sus bases, con reclamos que buscan situar a la mujer como sujeto de derecho en los estados desarrollados, y establecerla en un lugar social de mayor paridad ante los sujetos masculinos.  

El momento en el que Austen toma esta imagen coincide con aquel en el que Susan Sontag dice que “se esperaba que las fotos fueran imágenes idealizadas […] una fotografía bella es la de algo bello, como una mujer o un crepúsculo”. En el caso de esta fotografía, la belleza buscada se aleja de las expectativas sociales y se centra en los ideales propios de su autora y su grupo social, y se inspira más en una idea lúdica y queer que en una estética concreta. La propia Austen, al reencontrarse con la imagen en 1951, declaró  “quizás éramos más guapos como hombres que como mujeres”, dando a entender que en esta obra estaba presente de hecho una idea personal de la belleza, alejada de la normatividad.

Texto= Mora Vitali