SOLO APTO PARA MÍ MISMA

Para el club de lectores por

Reseña realizada por Daniela Pafundi para el club de lectores de la Biblioteca de Turma

Escribir esta reseña fue viajar en el tiempo y recordar esa zona tan árida y a la vez abundante que es la adolescencia. Espacio de vaivenes, hogar de mil escrituras, canciones, libros que nos transformaron para siempre, vínculos que habitaban más en nuestras cabezas que en nuestros cuerpos. Espacio de revelaciones.

violeta y fucsia

lo tomo en mis manos y me adentro a un secreto

Sólo apto para mí misma

es un diario

de intensidades

de estallidos de ideas

de bordes filosos

que nos invita a conocer a una adolescente fuerte y vulnerable

de inteligencia feroz

tierna

dura

que se pregunta una y otra vez por aquello que la atraviesa

Juanita Escobar es una autora nacida en Cali, Colombia, en 1985. Es fotógrafa documental autodidacta y los temas de su obra son el género y el territorio, el comportamiento humano y el medio ambiente. Narra historias como modo de contarse a ella misma. Habla de un proceso de traducción de la memoria que, con su propio acento, hace suyo. 

 

Solo apto para mí misma es un diario del paso de la infancia a la adolescencia de Sarai en el Llano, región de la Orinoquía. Sarai es hija de la mejor amiga de Juanita. El relato se sitúa entre sus 7 y 13 años y alcanza el contexto de pandemia y encierro. Es una búsqueda por viajar con la mente y el alma, a pesar de la cuarentena. Un estallido de vida, de color, de cambios y pelajes. 

 

El Llano es un espacio central en la obra de Juanita. Puntualmente en este trabajo, se relata el encuentro entre la sabana y el límite, la vastedad y el recogimiento. Juanita busca contar una tierra que me hizo sentir su abismo, su abrazo, su adentro.. Entre la tierra llana y la selva, con intensidad y variedad de aves, víboras, reptiles, caballos y la exuberancia de la vegetación.

En este proyecto, así como en Llano, el caballo es símbolo de errancia, contacto con la inmensidad, con el confín, el arrojo y el corazón como guía. En el libro, Sarai nombra así de Juanita:  “es igualita al amor y al Llano porque ella anda igual de rápido que el amor () Juanita, el Llano y el amor son inentendibles, van de un lado a otro, son aventurados del tiempo.

La llanura es un fraude

 

El relato se estructura con el diálogo de los textos y las imágenes y también como una conversación entre dos infancias. Cuéntame, que yo tengo poca infancia– le pide la niña. Desde la convivencia, el juego, la enseñanza y el compartir. Desde el mismo nivel de asombro

 

El libro es un álbum, un diario y es también una bitácora de un encuentro entre una mujer y una adolescente y los ejercicios que hacen para descubrirse, en las imágenes y los textos que entretejen. La atmósfera creada es de juego, libertad e imaginación.

 

Solo apto para mí misma es también un mapa del encierro en el cuerpo y la identidad. Presenta a la adolescencia como un remolino, una posibilidad de diálogo con su protagonista en un contexto de mucha información, miedo e hiper conexión con un mundo que enferma. El encierro dispara reflexiones, es punto de crisis e imposición.

 

La nada y me persigue

 

Atraviesa temas universales como el amor, preguntas existenciales en torno a la soledad y el vacío, la fe y la rebeldía, la amistad, la muerte, el deseo, los sueños. Las emociones se vuelcan sobre el paisaje y el paisaje se vuelca y funde en la interioridad. Los bordes se hacen difusos: la piel, los animales, los insectos, la noche… Con aguda capacidad de circular entre ideas, Sarai repasa su vínculo con los mitos y destruye las ideas heredadas como campo abierto para el amor.

Juanita se pregunta: ¿cómo prolongar el universo de los textos en imágenes? ¿cómo dar continuidad al paisaje de Sarai? Así, el libro es una autobiografía de dos personas a la vez.


La presencia de colores vivos como el verde, el fucsia, el naranja y el azul se continúan. La tipografía y letra manuscrita de Sarai se combinan con tachaduras y corazones. El centro del libro es una imagen a sangre de Sarai mirando al horizonte con una remera de un tigre y detrás de ella, una poderosa luna llena sobre un cielo azulado.

Las fotografías transitan una variedad de atmósferas: íntimas y recargadas, sutiles, brillan en la oscuridad densa, se acercan a la textura del barro y a los detalles de las uñas verdes de Sarai, acompañan a los cuerpos en el agua, se detienen en un garabato, se adentran en la boca de un tiburón de plástico y en la mordida certera de una víbora al cuello de un reptil.

 

Juanita y Sarai se vinculan con el territorio y Sarai, con brillante capacidad de leerse a sí misma, dice: yo era una pequeña criatura en donde colocaban costumbres, en mi piel estaba el trazo de una cultura. () hoy en día, todo el mundo acá me conoce, o mejor dicho me desconoce. El cuerpo fundido y confundido con la tierra es también también rebelde, insumiso y resistente. 

Este libro fue ganador del Premio Latinoamericano Felifa– La Luminosa, auspiciado por Akian gráfica. 

Acá podes ver la maqueta

Daniela Pafundi

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