FAMILIA de Sub Cooperativa de Fotógrafos

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Familia, de Sub Cooperativa de Fotógrafos

 

Hasta el 20 de junio se puede visitar la muestra Familia. Modelo para desarmar, de la Sub Cooperativa de Fotógrafos con la coordinación a cargo de Gisela Volá, en la galería artexarte.

 

FAMILIA Modelo para desarmar invita a dar un paseo por un álbum familiar múltiple, exhibido en los tres pisos de la galería. Es un recorrido por diversos puntos de vista sobre la inevitable experiencia de familia. Con este carácter antológico, dispone una variedad de construcciones visuales: la poética de cada uno de los fotógrafos —o colectivo de fotógrafos— compone un álbum familiar, que deviene plural. De este modo nos invoca, con la premisa de que “cada familia es un mundo” a participar de este conjunto de intimidades, que se tornan colectivas. El punto está en la diversidad, la riqueza. Hay imágenes más narrativas, otras, evocadoras.

 

Como síntoma común, preponderan los retratos. La muestra entera, además de algunas fotografías “conceptuales”, reflexiona sobre ese género, o subgénero: el álbum familiar; una práctica que se remonta a los comienzos mismos de la técnica fotográfica, de su primer uso —al menos el más popular— que comenzó el negocio de los primeros profesionales.

 

Desmontar el álbum para montarlo en una sala común es una acción que propone sacar a la familia de la cámara oscura para entenderla como una construcción cultural-visual, un fenómeno social. Desarticula la mirada intimista del que contempla solo: el vouyer de su propia familia, y lo expande. De la misma manera que hizo Barthes con La cámara lúcida, al relatar y compartir las imágenes familiares, reproducidas en palabras. Para dar cuenta de aquella punción, o punctum, que experimenta quien contempla una imagen. “Es ese azar que en ella nos afecta (pero que también nos resulta tocante, hiriente)”[1]. La punción que se genera en quien observa nace de una situación personal, es la proyección de una serie de valores que proceden de nosotros, que no están originariamente contenidos en la imagen, o son detalles que el fotógrafo no decidió. No son los valores de exposición ni composición. La esencia de la fotografía, para Barthes, es precisamente esa obstinación de tiene el referente de estar siempre ahí. Como un depósito de fugacidades, presencias congeladas. Participar del álbum familiar (de cualquier familia) supone el retorno de los muertos, por el sujeto que mira la foto, que reproduce lo que la mirilla de la cámara al momento del disparo. Por eso, la fotografía es una presencia y un retorno, de corte proustiano, de reposiciones y sobreposiciones espacio-temporales.

 

En este acervo de imágenes que es Familia. Modelo para desarmar, aparecen los vínculos, la intimidad, el cuerpo, la muerte; los estándares sociales, la moral, el modelo patriarcal, en fin: aquello que parece posible en la exposición de la particularidad, la intimidad de cualquier familia, un acto que se universaliza.

 

Vayan sin pudor.

 

FAMILIA. Modelo para desarmar presenta el trabajo de 25 artistas – provenientes de ocho países (Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, México, Venezuela, Francia y España). Exponen Ana Casas Broda, Jorge Saénz, Alain Laboile, Oriana Eliçabe, Res, Martín Weber, Marcos López, Lucila Quieto, Verónica Mastrosimone, Gaby Messina, Cecilia Reynoso, Gerardo Dell’Oro, Gabriela Muzzio, Martín Estol, Valeria Bellusci, Alejandro Kirchuk, Nicolás Pousthomis, Héctor Rio, Franco Verdoia, Beto Gutiérrez, Cecilia Estalles, Liliana Contrera, Inés Tanoira, Florencia Lo Re, Cia de foto.

 

http://www.sub.coop/

http://www.artexarte.com.ar/

[1] Roland Barthes, La cámara lúcida. Notas sobre la fotografía, Paidós, Buenos Aires, 2009.

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