Fotografías del libro El canto del cisne de Flavia Schuster con palabras de Romina Resuche
Las personas diagnosticadas con alzheimer logran activaciones de la memoria a través de la música. Es la canción la que no se olvida, a veces la letra o la melodía. Pero no se sabe qué pasa con los recuerdos que podrían estar asociados, solo que encienden emociones, como eco de sensaciones surgidas durante las escuchas que la fijaron.
El canto del cisne es un retrato de Silvio, de cómo se armó el amor. (Silvio escribe. Una carta, lo que falta para completar la letra de un tango, una dirección en un sobre, apuntes en una hoja suelta, una selección de palabras con su significado de diccionario. En tiempos de inmovilidades fragmentadas, se vuelve registro lo que escribía de puño y letra junto a los ejercicios que estimulaban y evaluaban su deriva motriz ¿En qué gestos no escritos estaban sus sentires y sus certezas?) El amor es con Becky.
Becky está. También están las fotografías, la carta, todos los relatos conocidos y el presente. Flavia, fotógrafa, hija de Silvio y Becky, hace con ese presente un tránsito y con ese andar, un libro. Lo elabora con precisión y suavidad, lo conversa y lo trabaja con otres, compone una versión y la pública.
Una fotografía de su madre envuelve el libro, cuidando. Por dentro, un seguimiento dedicado de la huella vibrátil de una relación apasionada, una recolección precisa de elementos que ayudan a componer un relato sobre un modo de irse, con destellos de un modo de haber estado.
La edición de El canto del cisne que guarda la biblioteca Turma es una primera auto-publicación de Schuster, con diseño de Delfina Venditti.
Romina Resuche